Reproducimos íntegramente en esta entrada los textos que, muy amablemente, nos han enviado Pilar Andrés (profesora de Primaria e integrante de una ADC en Zaragoza), José Luis Piñero (Tesorero de FASI y CONFINES), Diego Rodríguez (Presidente de FASI y CONFINES) y Alberto Flaño (Presidente de la Fundación Avanza) para colaborar con nuestra revista, Entremares, en relación al artículo que en ella va a aparecer sobre ADITA, nuestro taller, y la atención a las necesidades educativas especiales del alumnado talentoso y de AACC intelectuales.
Entrevista a Pilar Andrés.
Buenas noches
queridos alumnos/as. Después de un largo día como tutora de 5º de primaria y
madre, tomo asiento para intentar plasmar lo que significó crear un ADC
partiendo de la nada.
1. ¿Qué le motivó a
poner en marcha su ADC?
Fue una propuesta de
la DGA al centro en el que trabajo y a tres más. El equipo directivo explicó al
claustro que les habían ofrecido crear un aula de desarrollo de capacidades en
el centro y preguntaron por las personas interesadas. Mi mano no fue lo único
que vieron mis compañeros...brinqué de la emoción. ¡Lo que tanto había esperado
llegaba y casi podía tocarlo con los dedos!
Un tren así sólo
pasa una vez en la vida y por supuesto me subí.
Los comienzos fueron
duros e inciertos, era un proyecto pionero y novedoso. Esto es muy estimulante
y supone un gran reto pero, por otro lado, no tienes referencias en lo que
basarte.
Formamos un grupo de
trabajo en el que participó el Departamento, los equipos directivos de los
centros y los cuatro docentes. En enero, todo estaba listo para comenzar, las
mariposas en el estómago hacía días que no me dejaban dormir, habíamos
trabajado mucho preparando proyectos, materiales atractivos, el aula, todo
estaba listo y llegaba la prueba de fuego...ver si todo aquello les gustaba a
los alumnos/as. El brillo de sus ojos me dio la respuesta. Sí, ese era un buen
comienzo.
2. ¿Cuáles son los
temas que tratan en ella?
Primero he de
aclarar que este curso ya no soy la docente responsable del aula,
circunstancias me han llevado a dejarla. Os puedo contar los temas que tratamos
durante esos cuatro cursos, pero sería muy largo. Si os parece me centro en el
último, su nombre es: "Exploremos el mundo".
Es un proyecto
global en el que estuvieron implicados todos los grupos. El global, conociendo
los países a los que nos llevaba el azar (previo sorteo); el taller científico
matemático, explorando desde su mundo más inmediato (casa y aula), hasta el
laboratorio del centro, pasando a crear máquinas atrapa sombras y el
socio-lingüístico, explorando el mundo periodístico. En unas actividades, que
llamamos inclusiones, todo el alumnado de primaria explora el mundo de la
papiroflexia.
3. ¿En qué horarios
los realizan?
Los grupos globales
de 2º y 3er ciclo asistieron al aula durante una mañana; los talleres, una
tarde y las inclusiones, quincenales.
4. ¿Qué soléis hacer
allí?
Primero pasaba a
recogerlos clase por clase (esto quizás os llame la atención) pero se trata de
un centro muy grande y son alumnos/as de primaria.
Después de
saludarnos y contarnos como había pasado la semana, era el momento en el que
trabajábamos las habilidades sociales partiendo de sus vivencias relacionadas
con el aula. Organizábamos el trabajo en el proyecto, punto de partida,
agrupamiento cooperativo, reparto de tareas, tiempo estimado... Cada grupo
tenía muy claro qué hacer, el "cómo" siempre quedaba abierto para
adaptarlo a las necesidades individuales. Concretábamos la puesta en común,
cuándo y cómo. Una vez realizada ésta, planteábamos la línea de continuidad
para tener la posibilidad de ampliar en casa libremente. Dichas aportaciones me
las enviaban a un correo creado específicamente para ellos. Sus familias tenían
otro para participar igualmente, tanto en el proyecto como en la búsqueda de
expertos, proponiendo actividades, etc. Los últimos 15 minutos se dedicaban a
reflexión personal en un diario que sólo leía yo. Era el momento de
comunicación más íntima y de reflexión: sobre sus sentimientos en ADC, atención
recibida, relaciones personales, etc. De ellos partían las modificaciones en la
marcha del aula, donde los auténticos protagonistas eran ellos.
5. ¿Qué resultados
está dando?
Maravillosos. Ha
sido una inolvidable experiencia como docente que ha supuesto un antes y un
después en mi carrera que nunca olvidaré.
6. ¿Están contentos los
alumnos? ¿Cómo han reaccionado?
Sí, y para afirmarlo
me baso en sus diarios y en unas encuestas cumplimentadas al finalizar cada
trimestre valorando el aula. Tanto ellos como sus familias así me lo hicieron
saber a lo largo de la experiencia.
7. ¿Qué es lo
que más le gusta de este proyecto?
El reto que supone
como docente estar siempre creando materiales, en búsqueda constante de retos y
experiencias novedosas.
8. ¿En qué localidad
y provincia se encuentra su colegio? ¿Cómo se llama el colegio?
Se encuentra en
Zaragoza capital y es el CEIP Eugenio López y López.
9. ¿Desde qué curso
asisten los alumnos de su centro a su ADC?
De primaria tal y
como marca la normativa vigente.
10. ¿Se ponen
en práctica las Aulas de Desarrollo de Capacidades también en Secundaria en su
zona?
Dos
centros de Secundaria comenzaron la experiencia, uno de una localidad situada a
unos 100 km de Zaragoza y otro en un barrio próximo. No tengo más información
al respecto, lo siento.
La importancia de asociarse
Hace poco más de tres años nos encontramos con un informe
psicológico que indicaba que nuestro hijo mayor era “potencialmente
superdotado”. Como no podíamos permitirnos el lujo de costear todas las
sesiones que el gabinete nos proponía, decidimos buscar cobijo en alguna
asociación de nuestra zona. Recordé que existía una, ASA Málaga, que hacía años
era un referente a nivel andaluz (su nombre original era Asociación de
Superdotados de Andalucía), pero que ahora estaba de capa caída, según palabras
de la profesional que nos atendía.
Por suerte encontré a Anna Jullit, secretaria de la
asociación, que me invitó amablemente a que fuera a la sede para conocerles.
Esa misma semana celebraban una asamblea y fuimos mi mujer y yo sin saber qué
nos encontraríamos allí. Había pocas familias, pero todas nos acogieron con
alegría. Compartimos nuestras inquietudes y salimos con el convencimiento de
que nuestro “problema” no era el más grave del mundo. Esa misma mañana
comprobamos, además, que nuestro hijo era capaz de socializar con otros niños
sin sentirse extraño o desplazado. Comenzaba un apasionante periplo por el
mundo asociativo que nos ha permitido conocerlo y valorarlo en todas sus
dimensiones: humanas, sociales, políticas, jurídicas y administrativas.
Fuimos creciendo con mucho trabajo y pasión,
vinculándonos además con otras familias andaluzas con las que formábamos la
Federación Andaluza de Superdotación Intelectual (FASI), entidad que integraba
a las asociaciones provinciales andaluzas y que permitía aunar en una sola voz
todas nuestras reivindicaciones. La culminación de ese trabajo se tradujo en el
diseño del actual Plan de Atención a las Altas Capacidades Intelectuales por
parte de la Junta de Andalucía, aprobado a finales del año pasado. También en
esas fechas nace, gracias al impulso generado desde Andalucía, la Confederación
Española de Altas Capacidades Intelectuales (CONFINES), que integra a la
mayoría de asociaciones de tipo familiar que hay en nuestro país. Su misión,
convertirse en voz única a nivel nacional para realizar los cambios necesarios
en este ámbito.
¿Por qué es conveniente asociarse y participar
activamente?
Las razones son múltiples, pero todas se concentran en
una principal: la unión hace la fuerza.
Podemos asociarnos para ser comprendidos por otras
familias con circunstancias similares sin sentir que nos miran raro o sospechen
que nuestro interés es “exhibir” las cualidades de nuestros hijos. La terapia
de grupo funciona en primera instancia debido a que normalmente nos sentimos
aislados del entorno familiar o social. Se trata de una liberación que permite
centrarnos en lo importante: la atención a las necesidades específicas que
tienen nuestras criaturas.
También podemos asociarnos para recibir apoyo psicológico,
formación e información sobre este ámbito tan desconocido y lleno de
prejuicios, o incluso para encontrar actividades extracurriculares que les
resulten de agrado y nos permitan ofrecerles alternativas a lo que suelen
recibir (o no recibir) en los centros escolares.
Otras razones pueden ser para buscar apoyo jurídico o
simplemente para “conseguir una beca”.
Cada familia se acerca a las asociaciones con
motivaciones e intereses diversos, y esa es su fortaleza. Sobre todo si las
familias se integran en la dinámica asociativa. Esto suele pasar cuando se dan
cuenta de que no somos ni un taller de reparaciones, ni una guardería, ni un
bufete de abogados que solucionan problemas sino más bien familias con mucha
voluntad que pretende mejorar la situación general del colectivo y particular
de cada uno; con otras palabras, cuando cambian el “vosotros” al referirse a la
asociación por el más cercano “nosotros”.
Es un hecho cierto que todas las provincias que cuentan
con una asociación fuerte (y, en el caso andaluz, único en España, con una
Federación que las una) logran mejoras ostensibles en la atención del colectivo
tanto a nivel de lo que aporta la asociación como a nivel de los propios
centros. Con su trabajo colaborativo y reivindicativo consiguen objetivos que
de otro modo sería imposible, porque los profesionales, contra lo que se
piensa, no suelen gastar su tiempo ni su dinero en “salvarnos”. Tenemos que ser
nosotros mismos los que lo hagamos. Y gracias al impulso de las asociaciones,
sus socios a título individual fomentan iniciativas tan potentes como la que se
está llevando a cabo en este centro gracias a su pasión y convencimiento de que
ese es el único camino posible.
José Luis Sánchez Piñero
Durante dos años (2009-2011) fui presidente de la Asociación
Malagueña para el Apoyo a las Altas Capacidades –ASA Málaga-. En la actualidad
desempeño las funciones de tesorero en la Federación Andaluza de Altas
Capacidades –FASI- y en la Confederación Española de Altas Capacidades
–CONFINES-.
CON LOS OJOS DE LA INOCENCIA.
A
la hora de abordar el tema del asociacionismo, se puede tocar desde muchos
puntos de vista. Uno de los que más nos pueden resultar esclarecedores a la
hora de valorar la importancia de estar asociados, o incluso de la importancia
de una asociación, es la de saber que cuando hablamos de Asociaciones de Altas
Capacidades Intelectuales, como habitualmente las denominamos, en realidad
estamos hablando de Asociaciones cuyo objetivo suele ser la felicidad de los
niños y niñas que la componen, que en realidad son los verdaderos
protagonistas.
A
lo largo de las siguientes líneas me gustaría poder explicar cómo se vive una
asociación desde el punto de vista de un niño, tratando de bajarme hasta su
nivel para explicar sus sentimientos, sus sensaciones ante lo que para él puede
ser toda una aventura.
Generalmente
nos encontramos con un grupo muy heterogéneo de niños y niñas, con muchas
características diferentes que conforman a seres únicos, pero en este caso, a
pesar de que no voy a poder recoger todos los puntos de vista, procuraré
reflejar de forma breve las fases por las que pasa un niño que se adentra en el
mundo de las Asociaciones de Altas Capacidades Intelectuales.
1ª
FASE: “LA PRESENTACIÓN”
Marta
de 7 años y Juan de 14 años son dos personas de Altas Capacidades
Intelectuales. Hoy es su primer día en la Asociación. Sus padres les han dicho
que van a asistir a un centro a hacer unas actividades muy interesantes
programadas especialmente para ellos. Tanto Marta como Juan se muestran
nerviosos el día anterior. Marta es extrovertida y Juan introvertido.
Por
una lado Marta está deseando asistir porque sus progenitores le han comentado
que va a hacer informática, y eso siempre motiva. Además sabe que va a
encontrarse con otros niños y niñas que van a ser sus compañeros. En cierta
forma y llevada por su curiosidad intrínseca está deseando asistir, aunque por
otro lado se encuentra con un cierto resquemor, y es que cada vez que en clase
le han dicho que hay trabajo extra, la mayoría de las veces ha sido más de lo
mismo, algo poco motivante. Tras unos momentos de duda para decidir qué hacer,
le puede más la curiosidad y sin problemas se monta en el coche. No tiene claro
si va a clases particulares o si eso forma parte de la formación curricular,
pero eso de ir a otro lugar a darla ya de por sí es algo diferente. No sabe qué
va a encontrar.
Sus
padres llegan y ella ve como rápidamente los adultos se integran, se presentan
y hablan. Pero Marta se encuentra conque a pesar de que hay muchos niños y
niñas, ella es la nueva, y eso podría hacer que destaque, y a ella, como a
tantas niñas no le gusta destacar; de hecho ella ya decidió en primero de
primaria que nunca iba a sacar más un ocho porque la miraban mal. Los padres la
llevan a una clase diferente, está llena de ordenadores, pero en este caso la
ponen con un ordenador para ella, y el profesor le comenta que puede encenderlo
y se preocupa por tratar de saber qué conocimientos previos tiene.
Los
padres la esperan a la salida de la clase y ¡Oh sorpresa! La niña viene
sonriendo, jugando con otros niños y comentando que quiere quedarse un rato. Es
la primera vez que Marta se siente identificada con otros. Es la primera vez
que puede expresarse sin tener que justificarse por conocer algo o sin tener
que buscar palabras que todos entiendan. Para los padres queda claro, la niña
se ha integrado sin problemas, y para Marta la cosa queda clara, está deseando
volver a la semana siguiente porque sabe que por fin no va a perder tiempo con
cosas que no le sirven para nada, que no tienen en cuenta sus intereses, y
fundamentalmente Marta sabe que la están tratando en la medida de su velocidad
de procesamiento, en definitiva, en la Asociación, desde el primer día sabe que
podrá desarrollar sus capacidades entre niños y niñas que son iguales a ella. Y
encima puede correr y jugar mientras espera que los padres terminen de hablar.
La
frase que resumiría lo que la niña siente es la que tantas veces hemos
escuchado y que en definitiva es la que nos anima a seguir: “mami, papi, por
fin me entienden, entienden mis chistes”. Fundamentalmente son libres para
desarrollar la mente en la medida de sus posibilidades, se sienten acompañados
por otros niños a los que no tienen que mentir acerca de cómo son, ni tienen que
estar adaptándose en un continuo intento de ser aceptados.
El
caso de Juan es distinto, es un chico de 14 años que acaba de ser
diagnosticado. Sus padres le obligan a acompañarles, a pesar de que él
preferiría estar haciendo otras cosas en casa, porque realmente hay que decir
que Juan no tiene demasiados amigos, nunca se ha llevado bien con el resto de
chavales de su entorno. Es un poco el “payaso” de la clase, fue la opción que
eligió para poder ser aceptado, y si al principio se sentía mal al llevar a cabo
su papel porque hubiera preferido poder dedicarse a otras cosas más
productivas, poco a poco se ha ido acostumbrando a hacer payasadas y ya no le
importa, de hecho no sabría hacer otra cosa. Su instituto es como una jungla,
al igual que lo era el colegio. Los centros educativos han acabado siendo una
cárcel a la que tiene que asistir porque sus padres le obligan. En definitiva,
odia el centro educativo y todo lo que signifique estudiar o que tenga relación
con ello.
Y
ahora le dicen que va a ir a la Universidad a hacer un curso de Química. Sus
padres están locos. Lo llevan allí porque por unas pruebas absurdas que le han
pasado le dicen nada menos que es ¡Superdotado!, definitivamente sus padres
están locos. Menudo revuelo se ha montado. Cómo voy a ser superdotado, se
pregunta, si casi siempre suspendo. Desde que se lo han dicho su único afán es
procurar por todos los medios que sus padres no se lo cuenten a nadie, porque
con lo que le ha costado tener amigos, ahora lo único que le hace falta es que
le digan empollón. Además que él no lo es porque no le gusta estudiar.
Al
llegar a la Universidad se encuentra con un montón de familias que lo reciben
saludándolo como si lo conocieran. Lo llevan a un laboratorio y una vez allí ve
que hay muchos otros chicos y chicas que hablan entre ellos. Como Juan es muy
tímido no se atreve a dar el primer paso, pero siempre en estos casos hay
alguno que se acerca, se presenta y lo introduce en el grupo. En este primer
contacto ve que los chavales, que al parecer son superdotados como él, no son
tan bichos raros como esperaba, hablan de música, de deportes, pero también de
juegos, de robótica, y comienzan a contar anécdotas que él entiende. Es la
primera vez en su vida que encuentra a otros que hablan de cosas que le interesan,
pero a un nivel de profundidad al que no está acostumbrado. Trata de hacer el
payaso, lo miran y se ríen porque se entienden, algunos han tenido que pasar
por eso. Al cabo de un momento entra la profesora y comienza a explicarle como
van a realizar un experimento. Al principio se siente un poco perdido porque le
faltan reflejos, demasiados años sin sacar sus capacidades, pero pronto
comienza a embeberse por lo que hace, comienza a perder el miedo a introducirse
en lo que realiza hasta perder la noción del tiempo. Se junta con los demás y
comienzan a charlar y a debatir sobre química.
Es
la primera vez en años que se siente liberado. Es la primera vez en muchos años
que ha conseguido ser él mismo sin necesidad de ser “el payaso”, lo han
aceptado por lo que es. Y lo mejor, como le dice entusiasmado al salir: “¡mami,
entienden mis chistes!”. Y así, mientras los padres continúan hablando, él se
va con sus nuevos amigos.
Aunque
parece increíble es cierto, los niños y las niñas, así como los jóvenes, desde
el primer día se sienten integrados, comprendidos, y para muchos es toda una
salvación porque les da un sentido a su propia existencia. Siempre se han visto
como bichos raros a si mismos porque reflejaban lo que los demás les mostraban
de ellos mismos, la imagen normalizada de lo que los estereotipos dicen aunque
eso no se cumpla en su caso, pero en muchos casos en este primer día estos
jóvenes comienzan a entender que realmente hay otros como ellos, y eso en
cierta forma da una esperanza y una explicación a sus vidas.
2ª
FASE: “LA AMISTAD”
Esta
fase, a mi entender mucho menos impactante, es la de la consolidación en las
relaciones, y que coincide con todas las edades. Una vez que ellos han decidido
ir asistiendo semanalmente a las actividades, los padres nos encontramos conque
desde el principio casi todos les dicen a sus padres que los lleven, porque
para ellos es importante y desde el principio aprenden a discriminar lo que son
las actividades del colegio o del instituto, a las que van a hacer a la Asociación,
aquellas son aburridas y estas son realmente excitantes, son una especie de
aventura en la que no saben qué va a pasar, mientras que las curriculares son
esa monotonía que los atonta.
En
las Asociaciones también se puede comprobar como estos niños van haciendo sus
propios grupos, porque como dije, son grupos heterogéneos que nada tienen que
ver en muchos casos; de hecho cuando llega un nuevo socio, lo primero que hacen
es ver y analizar al recién o a la recién llagada para ver si puede ser de su
grupito, porque tienen muy claro que en la Asociación no van a tener que
adaptarse a la mayoría, sino que pueden sentir la libertad de ser ellos mismos,
y así no tendrán que obligar tampoco a nadie. Este analizar también se traduce
en pensar cómo se sintieron ellos ese primer día, y de esta forma le dan cierto
afecto para que el nuevo o la nueva puedan integrarse rápidamente. Aunque con
lo anterior no quiere decirse que esa división de grupos sea radical, sino que
a veces, los chicos y chicas se separan por intereses pero otras están unidos;
curiosamente como cualquier grupo de jóvenes, y es que hablamos de chicos de lo
más normal a la hora de adoptar estrategias de socialización.
Estas
relaciones asociativas suelen mantenerse durante años, y como puede imaginarse,
esto supone en muchos casos relaciones que van más allá de las actividades
semanales, llegando a existir verdaderas amistades que perduran por años.
FASE
3: DESAPEGO.
Es
bastante habitual que llegado un momento y a partir de una edad, los jóvenes, por
el desarrollo de sus relaciones personales en muchos casos deciden alejarse del
entorno asociativo, porque necesitan mantener otras relaciones, generalmente
compañeros y compañeras de instituto, que lógicamente son los amigos con los
que pasan horas y horas y con los que la amistad se ha hecho más fuerte. Es ley
de vida. Pero a pesar de ello, si la actividad es lo suficiente interesante,
ellos quieren seguir acudiendo porque se sienten como en casa, aunque son
muchos los que ya se van desapegando de las actividades que no de sus amigos.
Por lo que podemos ver, a pesar de que se han alejado y no se ven entre ellos
durante un tiempo, al coincidir en algún encuentro puntual, los más mayores
siguen manteniendo esa relación de amistad que nunca se pierde, de hecho, a
través de las redes sociales en muchos casos están en contacto.
Una
cosa que si que suele suceder es que a la pregunta de si les ha servido su paso
por las Asociaciones, van a responder afirmativamente; de hecho hay que decir
que ellos mantienen muy arraigado ese valor de pertenencia, ya que se sienten
integrantes e integrados. Y hay que decir que probablemente para muchos pasar
por la asociación ha supuesto una diferencia en sus vidas, algo que les quedará
por el resto de sus días. Como dije con anterioridad, en algunos casos hablamos
de un lugar para divertirse, para otros será un lugar para relacionarse por
primera vez, pero para la mayoría es una especie de brújula que les permite
centrarse y comprenderse, lo cual es un verdadero desahogo.
Un
ejemplo muy interesante en primera persona lo pueden encontrar en estos dos
enlaces:
-
Todo
lo anterior está basado en experiencias personales y asociativas. Sólo puedo
decir que en los aproximadamente 7 años que llevo en el mundo asociativo, ver
lo que supone para estos niños y niñas de carne y hueso su experiencia en este
entorno, me hace convencerme de lo necesaria que es la labor que se lleva a
cabo en estas entidades sin ánimo de lucro. Esto fue lo que me llevó a
implicarme desde el primer momento, ayudando en las labores en la que era
requerido, y posteriormente llegando a ocupar los puestos de Presidente de la
asociación onubense ARETÉ (2008-2010), la Vicepresidencia de ARETÉ (2010-2012),
que comparto con la Presidencia de la Federación Andaluza FASI (2010-2012) y la Presidencia de la
Confederación Española CONFINES (2011-2012). Esto también me ha llevado a colaborar
con entidades como la Fundación AVANZA, a la que considero todo un referente en
este mundillo asociativo.
Diego
Rodríguez Toribio.
Avanza
La Fundación Avanza es una entidad dedicada a propiciar la búsqueda de la excelencia personal e institucional, como camino para la autorrealización y la mejora social.
Nuestro principal fin es propiciar un cambio social para que las personas desarrollen al máximo sus capacidades tanto personal como profesionalmente.
Y consideramos que un ámbito de actuación prioritario es el de la educación, potenciando una infancia basada en el conocimiento y el desarrollo de las características personales.
El medio principal del que nos venimos sirviendo, para ello, es la formación de los adultos que se relacionan con los niños, especialmente con aquellos niños que poseen una alta capacidad intelectual.
Esta formación está dirigida principalmente a profesionales de la educación, estando homologada por el Ministerio de educación, o por Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, para profesionales en activo, o por la Universidad de Sevilla para futuros educadores.
Pero hay a otros adultos que consideramos fundamental hacerles llegar una formación de calidad. De la misma calidad que a los orientadores, maestros o tutores. Es a los padres y madres, para ellos también organizamos cursos de formación.
Nuestra formación es fundamentalmente online, lo que nos permite:
- Hacer llegar a todos los rincones las experiencias de expertos que en ocasiones se encuentran fuera de nuestro país.
- Que los cursos resulten relativamente económicos, a pesar de la calidad de los profesores participantes.
Al igual que nuestros talentos deportivos son fuente de inspiración para todos los niños, también consideramos que nuestros talentos académicos pueden serlo, y en especial para su clase.
Pero para impulsar y cuidar el talento se necesitan centros que impulsen la excelencia en la educación.
Nosotros queremos dar a conocer y reconocer a aquellos centros que así lo hacen y en los que las familias que los integran así lo acreditan. Para ello estamos poniendo en marcha la certificación de “Centro impulsor de la excelencia”.
Este próximo otoño esperamos empezar con esta certificación y el IES José Cadalso muy probablemente forme parte de este selecto grupo por el trabajo que viene realizando.
Para conocer un poco mejor nuestra Fundación se puede visitar nuestra página web:www.fundacionavanza.org.
Alberto Flaño Romero
Presidente Fundación Avanza
No hay comentarios:
Publicar un comentario